Lección diez : La paz de Dios

Lección diez: La paz de Dios, tú no tienes que preocuparte


Tenemos ventajas financieras, médicas, educativas y espirituales que las generaciones anteriores jamás se imaginaron.  Y tenemos más consejeros y psiquiatras viendo más pacientes y recetando más tranquilizantes que en cualquier tiempo en la historia del mundo ¿Por qué tantas personas (incluidos los cristianos) carecen de verdadera paz mental?

Si alguien tenía motivos para preocuparse, ese era el apóstol Pablo.  Había desacuerdo con sus amados hermanos en filipos y no podía estar allí para ayudarlos.  No tenemos idea de la causa de la disputa entre Evodia y Síntique, pero sea esta la que fuera, estaba dividiendo a la iglesia.

A parte de esta posibles división de la iglesia de filipos, Pablo tuvo que afrontarse con la división entre los creyentes en Roma (1:14-17). Además de estas cargas, estaba la posibilidad de su propia ejecución. Sí Pablo tenía una buena excusa para preocuparse - ¡pero no lo hizo! En lugar de eso, tomó tiempo para explicar el secreto de la victoria sobre la preocupación.

Mientras se acerca al final de su carta llena de gozo, Pablo insta nuevamente a sus hermanos y hermanas filipenses a mantenerse firmes (ver 1:27). Esa estabilidad y perseverancia se obtiene, dice Pablo, cuando los cristianos piensan, viven juntos en unidad y cuando oran sincera y continuamente.

La preocupación es el ladrón más grande del gozo. Sin embargo, no es suficiente hacer el propósito de dejar de preocuparse, porque así nunca puede subyugar (someter) al ladrón.  La preocupación es una obra interna, y se necesita más que las buenas intenciones para obtener victoria.  El antídoto para la preocupación es "Y la paz de Dios... guardará (resguardará firmemente como soldado) vuestros corazones y vuestros pensamientos (mentes) en Cristo Jesús" (v. 7).  Cuando el creyente posee la mente segura, la paz de Dios lo guardará (v.7) y el Dios de paz lo guía (v.9). Con esta clase de protección ¿Por qué ha de preocuparse?

Si vamos a triunfar sobre la preocupación y experimentar la mente segura, tenemos que cumplir con las condiciones que Dios ha puesto. Son tres:  Orar correctamente (vs. 6-7); pensar correctamente (v. 8); vivir correctamente (v. 9)

Orar (4:6-7)

Pablo usa tres palabras para describir la oración eficaz: oración, súplica y acción de gracias. 

a. La palabra "oración" es la palabra general para pedirle al Señor, lleva la idea de adoración, devoción y alabanza.  Siempre que nos hallemos preocupados por algo, nuestra primera acción debe ser la de apartarnos y adorar a Dios. Debemos ver la grandeza y majestad de Dios y recordar que él tiene el poder para resolver los nuestros problemas.
b. El segundo paso es la súplica.  La presentación sincera de nuestras necesidades y problemas.  No hay lugar para el fingimiento y la insinceridad en la oración (Mateo 7:1-11), esta es la manera en que Cristo oró en el huerto (Hebreos 5:7)
c. Después de la adoración, la súplica viene la gratitud, o sea, la acción de gracias a Dios (Efesios 5:20; Colosenses 3:15-17). Ciertamente el Padre se goza al oír a sus hijos decirle: ¡Gracias!  Cuando Cristo sanó a diez leprosos, solo uno de los diez regresó a darle las gracias (Lucas 17:11-19), y nos preguntamos si el porcentaje es mayor hoy en día. Estamos prontos para pedir; pero tardos para mostrar gratitud.

Pablo nos aconseja que llevemos "todo a Dios en oración", "no se preocupen por nada, sino oren por todo", es su amonestación.  Nosotros tenemos la tendencia a orar por las cosas grandes de la vida y nos olvidamos de orar por las llamadas cositas hasta que éstas crecen y se convierten en cosas grandes.  Hablarle a Dios acerca de todo lo que nos concierne a nosotros y a él es el primer paso hacia la victoria sobre la preocupación.  Cuando le entregamos el corazón a Cristo en el momento de nuestra salvación, experimentamos la "paz con Dios" (Romanos 5:1); mas la "paz de Dios"nos lleva un paso más adelante en sus bendiciones.  Esto no quiere decir que va a haber ausencia de problemas en el exterior, sino que habrá una confianza y una quietud interna a pesar de las circunstancias, la gente las cosas.

Pensar correctamente (4:8)

La paz atañe al corazón y a la mente. "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3). Pensamientos incorrectos producen sentimientos incorrectos, y pronto la mente y el corazón son arrasados en direcciones opuestas y somo estrangulados por la preocupación.  Debemos darnos cuenta que los pensamientos son reales y poderosos, aunque no se pueden ver, pesar ni medir. Debemos llevar "cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:5)

Pablo nos da una lista de las cosas en las cuales debemos pensar:

a. "Todo lo que es verdadero"

El Dr. Walter cavert informó de una encuesta sobre la preocupación, la cuál indicó que solo el 8% de las cosas que preocupaban a la gente eran verdaderos motivos, el 92% eran cosas imaginarias. Satanás es mentiroso (Juan 8:44) y quiere corromper nuestras mentes con mentiras (Génesis 3:1-5) . Cuando creemos una de sus mentiras, damos ventaja a Satanás.  El Espíritu Santo controla nuestras mentes a través de la verdad (Juan 17:17; 1 Juan 5:6)

b. "Todo lo honesto, todo lo justo"

Hay muchas cosas que no son respetables, y los creyentes no deben pensar en ellas.  Esto no quiere decir que escondamos la cabeza en la arena para evitar todo aquello que es incómodo y que desagrada, sino significa que no enfoquemos nuestra atención en las cosas deshonrosas y que no permitamos que éstas controlen nuestros pensamientos.

c. "Todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre"

El creyente debe concentrarse en los más altos y nobles pensamientos, no en los bajos y corruptos pensamientos de este mundo.

d. "Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza"

Si tiene virtud, nos motivará a ser mejores, y si es digno de alabanza, es digno de encomendárselo a otros.

Vivir correctamente (4:9)

No podemos separar la acción externa de la actitud interna.  El pecado siempre resulta en intranquilidad (a menos que la conciencia esté cauterizada).

Pablo liga cuatro actividades: "aprendieron, recibieron, vieron, oyeron".   Una cosa es aprender una verdad, y otra es recibirla y hacerla parte de nuestro hombre interior (1 Tesalonicenses 2:13).  No es suficiente llenar la cabeza con conocimientos; debemos también tener verdades en el corazón.  Pablo no solo enseñó la Palabra, sino que la vivió para que los oyentes vieran la verdad en su vida. " Sed hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores" Santiago 1:22

Orar correctamente, pensar correctamente y vivir correctamente son los requisitos para tener la mente segura y la victoria sobre la preocupación. Así como Filipenses 4 es el "capítulo de la paz" del nuevo testamento, Santiago 4 es el "capítulo de la guerra". Comienza con una pregunta: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? Santiago explica las causas de la guerra: Orar incorrectamente ("Pedis y no recibís porque pedís mal" v. 3); pensar incorrectamente ("Purificad vuestros corazones vosotros de doble ánimo", v 8); y vivir incorrectamente ("¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios?, v. 4")

No hay otra alternativa; o rendimos nuestros corazones y mentes al Espíritu de Dios y oramos, pensamos y vivimos correctamente, o nos rendimos a la carne para ser destrozados por la preocupación.

¡No hay necesidad de afanarse! La preocupación es un pecado. (¿Has leído Mateo 6:24-34 últimamente?) Ya que la paz de Dios nos guarda y el Dios de paz nos guía ¿Por qué hemos de preocuparnos?


Basado en
Bible gateway, Zondervan Corporation (s.f.). Recuperado el 11 de Abril de 2020, de Bible gateway, resources: https://www.biblegateway.com/
Max Lucado, (2016). Filipenses, estudio bíblico para células.Texas EEUU. Editorial Mundo hispano.
Warren W. Wiersbe, (2019). Gozosos en Cristo. Editorial bautista independiente

Comentarios

  1. Si caminamos con Dios y damos fruto, las preocupaciones no nos alcanzarán. Para ello debemos orar correctamente, pensar correctamente y vivir correctamente.
    Dios les bendiga hermanos.

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